Orientaciones para el profesorado:
- Enseñar a identificar. Debemos enseñar a identificar el sentimiento de frustración cuando aparezca. Ejemplo: Pepito está rabioso porque no ha hecho bien esta suma. Inténtalo con otra, tómate más tiempo.
Indique al niño cuando debe pedir ayuda. Cuando nos demos cuenta que el niño se está frustrando con alguna tarea, intervenga para enseñarle a evitar la frustración: ¿Qué podrías hacer en lugar de enfadarte o abandonar?. - Darle tiempos para desconectar y relajarse.
- Se reforzarán las acciones apropiadas por parte del niño. Elógielo por haber retardado su respuesta habitual de ira ante la frustración, y también cuando utilice una estrategia apropiada. Establezca un sistema de recompensas para reforzar esa aptitud de madurez.
- Modifique la tarea. Enséñele al niño una alternativa de alcanzar el objetivo. Cuando sea posible, se dividirá una tarea en pequeñas partes que puedan llevarse a cabo una a una.
Orientaciones para la familia:
- Poner un buen ejemplo en casa. Ya que si en casa ve conductas similares, seguirá con el mismo patrón de comportamiento. Los niños aprenden e imitan lo que ven en casa.
- Se empieza con pequeños pasos, metas pequeñas y ser paciente.
- Ayudar a los niños es aceptar lo que no puede cambiarse.
- Enseñar que nada es “horrible” y “terrible” y que la situación puede ser peor.
- Reforzar a los niños cuando se acercan a tolerar la frustración e ignorar cuando aparezcan comportamientos de baja tolerancia a la frustración.
- Dejar que los niños hagan el esfuerzo y luchen por sí mismos.
- Es positivo fomentar técnicas de relajación para niños en casa. Las técnicas de relajación siempre son útiles para disminuir las situaciones de frustración en la infancia.
- Fomentar la autonomía del niño en la resolución de problemas, ayudarlo en la media de lo posible, pero propiciando autonomía en el enfrentamiento con la realidad.
- Enséñale a aceptar las críticas de los demás. Explícale que le ayudan a mejorar. Cuéntale la historia del patito feo y déjale claro que todos tenemos la posibilidad de convertirnos en cisne.
- Refuerza su identidad. Explícale que cada persona es diferente y que ser distinto no significa ser peor. Esto es especialmente importante, ya que el alumno muestra una baja autoestima.
Refuérzale en las actividades que se le dan bien y minimiza las tareas en las que es más torpe. - Ponle regalas y mantén tu autoridad. Los niños necesitan límites claros, firmes y coherentes por parte del padre y de la madre. Un niño sin límites es un niño frustrado y descentrado. Para afianzar su personalidad necesita saber que se espera de él en cada momento.